Viaje cultural a Soria y Numancia el día 22/04/2016

Una mirada al cielo de la mañana del 22 de abril nos hace presagiar un día nublado y lluvioso, pero ello no impide que a la hora prevista, las 8 de la mañana, iniciemos nuestro viaje a la ciudad de Soria. Salimos de Zaragoza por la AP-68, apareciendo enseguida ante nuestros ojos el Moncayo que, desde su alta y blanca cumbre, será nuestro guía durante todo el viaje.

Al entrar en la tierra soriana, los campos verdes y los montes de carrasca nos envuelven a ambos lados de la carretera. Tras una breve parada en Matalebreras para descansar, estirar las piernas y tomar café continuamos hacia la capital, adonde llegamos sobre las 10:40 horas. Allí nos recibe el guía, Alberto, con quien iniciamos la visita y el recorrido.

San Juan de Duero, también conocido como Arcos de San Juan de Duero, es nuestra primera etapa. Se trata de un monasterio románico situado a las afueras de Soria, construido entre los siglos XII y XIII frente al Monte de las Ánimas de la leyenda becqueriana. Destaca, sobre todo, por su impresionante claustro con arcos de medio punto. La iglesia es muy sencilla, de mampostería, de una sola nave y ábside semicircular. Está considerado como una de las siete maravillas del románico en España. Desde aquí podemos contemplar, asentada sobre una de las mejores atalayas para contemplar la ciudad, la Ermita de Santa María del Mirón, lugar habitual de paseo de Antonio Machado con su esposa Leonor a la que, por su enfermedad, llevaba en silla de ruedas.

Desde San Juan de Duero nos vamos a la Ermita de San Saturio que, según nos cuenta Machado, está situada “por donde traza el Duero su curva de ballesta”, en la orilla izquierda del río. Llegamos a ella subiendo la empinada cuesta del paseo que lleva el nombre del poeta, siendo recibidos por la lluvia y una inesperada granizada. A la ermita accedemos a través de la cueva sobre la que se asienta y en la que, San Saturio, de noble familia visigoda del siglo V, vivió retirado del mundo durante 30 años después de entregar sus bienes para ayudar a los pobres. El Santo hizo amistad con un joven llamado Prudencio que llegó a ser obispo de Tarazona.

Terminada esta visita, hacemos en breve descanso que aprovechamos para tomar unas cervezas, con tapa incluida, y después recorrer el casco histórico de la ciudad antes de ir al restaurante a comer.

Con las fuerzas repuestas, iniciamos la visita de la ciudad para conocer su arte y sus encantos. Soria está situada en el curso alto del río Duero, enclavada entre dos colinas y con una población aproximada de 40.000 habitantes. Es la segunda capital de provincia menos poblada de España después de Teruel. La poesía parece envolver sus calles evocándonos continuamente a Becquer y Machado. Ambos crearon un universo de leyendas, misterios y caballeros templarios instalados a orillas del Duero. Se cuenta que en tiempos de Alfonso VIII, a finales del siglo XII, la ciudad tenía treinta y cinco parroquias de estilo tardorrománico.

Iniciamos el recorrido por sus calles visitando, primeramente, el Palacio renacentista de los Ríos y Salcedo, que en la actualidad es el Archivo Histórico Provincial.

A continuación nos dirigimos a la Iglesia de Santo Domingo, antes de Santo Tomé, construida en la segunda mitad del siglo XII En su magnífica portada, su elemento más importante, podemos admirar uno de los conjuntos escultóricos más importantes del románico en España.

Tras esta visita y como ya se nos ha hecho un poco tarde, nos vamos a reponer fuerzas al restaurante Garrido, donde disfrutamos de la cocina y la gastronomía soriana con una excelente comida.

Después del café y la agradable tertulia de sobremesa, abandonamos el restaurante dirección a la iglesia románica del siglo XII San Juan de Rabanera, reconocida monumento nacional. En ella pudimos admirar y contemplar su bello ábside y su espléndida portada.

Concluida la visita a San Juan de Rabanera, nos dirigimos a la Plaza Mayor que está presidida por el Ayuntamiento. El edificio fue antes la Casa de los Linajes, institución medieval que regía los destinos de la ciudad. En la fachada se exhibe un disco con los escudos de las doce familias que integraban la hermandad y en el centro aparece Alfonso VIII.

De la Plaza Mayor nos vamos al Palacio de los Condes de Gómara, prototipo de arquitectura renacentista soriana y sede de la actual Audiencia Provincial. Destacan, sobre el conjunto monumental, la portada con motivos heráldicos y su gran torre.

En este punto dejamos Soria para ir a ver el yacimiento arqueológico de Numancia y posponemos la visita a la Concatedral de San Pedro para verla después.

Llegamos a Numancia, que se asienta en un cerro sobre el valle del Duero desde donde se domina una vasta campiña. Famosa por su resistencia de veinte años (153-133 a. C.) contra Roma, la ciudad es referente universal de la lucha de un pueblo por su libertad o de la victoria del débil contra el fuerte. Publio Cornelio Escipión Emiliano, en el verano del 133 a. C., la sometió y venció por inanición tras once meses de asedio, disponiendo siete campamentos en los cerros próximos, que unió con una potente muralla de nueve kilómetros de perímetro. Los que no murieron fueron hechos prisioneros y posteriormente vendidos como esclavos.

Regresamos a Soria y nos dirigimos directamente a la Concatedral de San Pedro, de estilo gótico, construida entre los siglos XII y XIV sobre una primitiva iglesia románica. Lo más destacable es el claustro de sillería –declarado bien de interés cultural en 1929- y la portada plateresca con la figura de San Pedro.

Aquí acaba esta historia y este magnífico recorrido por la hermosa, maravillosa y espléndida tierra soriana. A continuación iniciamos el camino de regreso a Zaragoza, adonde llegamos, sin contratiempos, a las 21:30 horas.

Vicente Navarro Milán

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