SALAMANCA Y ALBA DE TORMES

Los días 19, 20 y 21 de mayo de 2017, se realizó el viaje programado por las, ya expertas, componentes de la Comisión de Viajes de AMUEZ, Rosa Cabello, Nuria Roselló y Asun Sánchez que capitanearon, a la perfección, sí, a la perfección -a sesenta y seis personas- a la inolvidable visita a los dos lugares que encabezan esta Crónica.

Son muchos los reconocimientos debidos a las muchas personas que iré desgranando, ordenadamente, para aumentar nuestro conocimiento de tan singulares lugares como son Salamanca y Alba de Tormes. Día 19: salimos puntualmente, a las siete de la mañana, hacia nuestro destino, no sin antes realizar una “parada técnica” en la provincia de Soria. Cumpliendo con el horario previsto, arribamos al Gran Hotel Corona Sol, de **** cuyo personal adjudicó las habitaciones, con celeridad y en el que cumplimos con la máxima que dice: “primum vivere, deinde philosophari”, es decir, “primero vivir y después filosofar” que atribuyo a la inmediatez con la que acudimos, allí mismo, a nuestro primer yantar. Y, emprendimos nuestra culta, interesante y sin par andadura parafraseando a don Miguel de Unamuno: «Salamanca, Salamanca, renaciente maravilla, académica palanca de mi visión de Castilla«, nada menos que en la Universidad, una de las más antiguas de Europa y, durante siglos, la más prestigiosa de España, donde el primer erudito de los que nos acompañarían, el  Catedrático de Historia del Arte, don José María Martínez Frías, sentados en la Iglesia, tras la bienvenida, citar al Profesor don Gonzalo Borrás -que más tarde, brevemente, se incorporó al grupo- se refirió a él, textualmente, como uno de los ases de la baraja del Arte Español”, manifestar su contento por la profusión de alumnos receptivos en esta nueva etapa de la vida, poniendo como ejemplo al prolífico Francisco de Goya, que en los últimos años de su vida tituló una de sus pinturas “Todavía aprendo” así como a don Miguel de Unamuno, que en su último día de clase, se despidió de sus alumnos diciéndoles “sed siempre estudiantes”. Fue una completísima y detallada historia de Arte, repleta de anécdotas, no solo de la Iglesia, en donde estuvimos cómodamente sentados, sino de toda la Universidad, fecha de su comienzo, preparándose para cumplir, en breve, sus cuatrocientos aniversarios, del que ya están en marcha los acontecimientos a realizar presidiendo su logotipo todos los lugares emblemáticos. Plena historia de la Iglesia, del retablo, terciopelo que cubre sus paredes, cuadros adyacentes, púlpito y lugar en donde se hallan los restos de Fray Luis de León, aquel que, tras estar encarcelado durante cuatro años, al reincorporarse a su cátedra, se dirigió a sus alumnos, con aquella frase famosa: Dicebamus hesterna die” “Decíamos ayer…” Situados en “el s. XVIII”, ponderó a Benedicto XIII “el Papa Luna”, calificándolo de decisivo para la Universidad. También que, al ser la mejor pagadora, tenía una gran demanda para trabajar en ella. Dónde está la Biblioteca y la Bóveda Estrellada del cielo de Salamanca, que más tarde visitaríamos, asimismo con cumplido relato, tras lo cual, nos condujo, turnándonos en dos grupos, uno para rodear el claustro, y otro para visitar la Biblioteca en cuyo centro se halla una sequoia gigante, paseando y entrando en el Paraninfo ornadas sus paredes con tapices traídos de Bruselas, Sala de la Columna, en todas las aulas que lo rodean de Francisco de Vitoria, Miguel de Unamuno, Fray Luis de León… egresados ilustres… fueron, entre otros; Hernán Cortés, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Luis de Góngora y Francisco José Ayala  . A continuación, viene una fundamentalísima colaboración espontánea, de don Eduardo Hernández Pérez, Técnico de la Biblioteca que se apenó de esta bisoña cronista, al considerar que, con libreta y bolígrafo en mano, no iba a poder disfrutar debidamente, ofreciendo su colaboración para que pudiera atender cómodamente, como así fue, dado que el estar dentro de una Biblioteca centenaria, a esta amante de la lectura, le produjo una enorme satisfacción. Paso a copiar literalmente su relato: En cuanto a los libros que vimos son: – Biblia Vulgata. Ejemplar manuscrito del siglo XIII, escrito sobre vitela (pergamino de piel de ternero no nato). Libro de bolsillo que se hace al calor de la creación de las órdenes mendicantes como Dominicos, Franciscanos, etc. que tienen un espíritu más viajero que los monjes de la Alta Edad Media y necesitan viajar con cierta comodidad. Ejemplar iluminado. Con este ejemplar es con el que suelo contar la difícil tarea del copista, sus enfermedades profesionales como la pérdida de la vista, problemas de espalda y cervicales, reuma, artritis, calambres en los brazos, etc. –Virtuosas e claras mujeres de Álvaro de Luna. Ejemplar manuscrito del siglo XV. Obra escrita en defensa de la mujer y para ello el autor se apoya en ejemplos de mujeres virtuosas históricas, tanto de la Biblia, como de Roma y el mundo cristiano medieval. De esta obra se conservan en el mundo 5 ejemplares de los que nosotros tenemos 3 de ellos. –Anales de la Corona de Aragón de Jerónimo Zurita. Ejemplar impreso en 1585 en Zaragoza por el impresor Simón de Portonaris, el cual está vinculado con Salamanca porque su familia tenía imprenta en Salamanca. –Cartográfia de Hondius. Impreso en 1631. Se imprime en blanco y negro y el coloreado se hace a mano con acuarelas y a mano. El coloreado se hace bajo demanda, depende del comprador que cuando va a comprarlo decide si quiere que se lo coloreen y por ello tiene que pagar un precio aparte de lo que supone el ejemplar. Mostré el mapa de Aragón. Salimos de la Biblioteca para reencontrarnos con don José María, que nos situó,  para poder contemplar debidamente mientras la describía, la magnífica fachada plateresca y, ¡cómo no! todos a buscar la famosa rana que, en la actualidad, se atribuye a que su visión brindará otra visita a la ciudad; nada más lejos de la realidad, es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad que, según la tradición, el estudiante que no logra encontrar la rana -en realidad un sapo-suspenderá el curso. Probablemente, en su origen simbolizaba la lujuria porque siendo un sapo que conduce a la muerte (la calavera sobre la que está)  recordaba a los estudiantes, varones en su totalidad en los siglos XV y XVI en los que se construyó el edificio, de que debían centrar sus esfuerzos en estudiar y no en entregarse a ella. Pasamos a la cercana Universidad Pontificia, donde doña Amparo Rodríguez Martín, narró su historia, arte y arquitectura: Nació el 25 de septiembre de 1940, fecha en la que el Papa Pío XII firmó el Decreto de Fundación, accediendo a la petición de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos españoles hicieron suyo el deseo del cardenal Enrique Pla y Deniel, auténtico artífice de la Universidad, quien no cesó en su empeño de restaurar los estudios de Teología y Derecho Canónico, suprimidos por la desamortización de Mendizábal el 21 de mayo de 1852. Tiene 15.000 metros cuadrados, privada, católica, en un principio, propiedad de los Jesuitas, cuyo edificio tiene forma de paloma, actualmente ofrece diversos estudios, para los que tiene una capacidad de 6.000 alumnos. Nuevamente, sale a la palestra nuestro paisano, el Papa Benedicto XIII (Pedro de Luna), gran benefactor de la Universidad en Salamanca que trabajó por una mejor dotación de ella y le concedió la Facultad de Teología en 1380. Impresionante, profusa y ricamente decorada el Aula Magna. Auditorio de San Juan Pablo II, escalera noble construida al aire, gran patio de descanso para los alumnos son, someramente, algo de lo que alberga. A destacar, que después de 800 años tiene Rectora. La Clerecía, Bien de Interés Cultural, barroca, del x. XVIII, es el nombre que recibe el edificio del antiguo Real Colegio del Espíritu Santo, de la Compañía de Jesús, construido en Salamanca entre los s. XVII y s. XVIII. Es de estilo barroco. Se diferencia el colegio, con un interesante claustro, y la iglesia, con una impresionante fachada de tres cuerpos. El nombre de Clerecía se debe a una denominación abreviada de su pertenencia a la Real Clerecía de San Marcos tras la expulsión de los jesuitas de España. Arribamos al hotel, tras una densa tarde, repleta de arte y de brillantes relatos, paseando por la Plaza Mayor, espacio urbano que con el tiempo se ha convertido en el centro de la vida social de la ciudad, en la que Miguel de Unamuno hacía su tertulia diaria en la terraza que, todavía tiene, el Café Novelty. Es de estilo barroco sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central para quedar diáfana. Fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Como indico al principio, una cena nos esperaba, a la que siguió una sorpresa de las organizadoras: ocho tunos remataron el día no solo con sus cantos, puesto que animaron a bailar pasodobles con algunos de ellos, a las que demostraron ser expertas danzarinas. Remate alegre a un día repleto de alimento al espíritu. Día 20, por la mañana: Desayuno y paseo hasta la Plaza Mayor, en cuyo lugar, cerca de la fachada del Ayuntamiento, a las 10,00 h. nos esperaba la presidenta de USAL, doña María Ángeles Pérez González; comenzó regalando un libro a nuestra Asociación que fue correspondida por la cerámica representativa de nuestro Paraninfo y, junto a otros compañeros suyos, nos acompañó durante toda la mañana por la ciudad, mayormente desconocida, presentándonos a don Jesús Málaga Guerrero, prolífico escritor, gran amante de Salamanca, reflejado en su libro “Desde el Balcón de la Plaza Mayor, memorias de un Alcalde”  que lo fue durante tres legislaturas, también  fue subdelegado del Gobierno, Médico… Tarea difícil para glosar las dos horas en las que don Jesús nos condujo por diferentes y no tan turísticos lugares de la ciudad desconocida, la más importante colombina y más sagrada, en cuya calle adyacente, vivía la nobleza y como lo decía Francisco Vitoria, incorpora la historia de la Universidad; la complementó con diversas anécdotas y tradiciones que relató en cada uno de las visitas realizadas junto a él. La primera, larga y minuciosa parada, fue delante de la fachada de la iglesia del Convento de San Esteban. La portada de la iglesia es uno de los más bellos ejemplos de plateresco. Está concebida como portada-retablo formando un arco de triunfo bajo cuya bóveda de medio cañón se despliega la abundante decoración característica del estilo. En su centro se representa el martirio de San Esteban, primer mártir de la historia y por encima un Calvario. El pórtico, compuesto por arcos de medio punto, está inspirado en las logias renacentistas italianas, contrastando su escueta ornamentación con la exuberancia decorativa de la fachada de la iglesia. Fue realizado por Juan Ribero de Rada entre 1590 y 1592, pero los medallones de las enjutas son obra del escultor Martín Rodríguez. La Casa de Alba, está entroncada con el linaje de los Álvarez de Toledo, uno de cuyos miembros fue Cardenal del Convento, narrando don Jesús la curiosa historia de su nacimiento. Afirma que, Salamanca, fue ciudad clerical, de muchos habitantes de la nobleza y de universitarios y hasta hoy, es una ciudad castigada. Enfrente está el Convento de las Madres Dominicas, habitado en la actualidad. Continuando el paseo, llegamos a la Cueva de Salamanca, un enclave legendario de la ciudad donde, según la tradición popular, impartía clase el Diablo. Dicha cueva se corresponde con lo que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián. Cervantes dio un tratamiento burlesco a la leyenda en su entremés La cueva de Salamanca. La tradición se trasladó a Hispanoamérica, en varios de cuyos países se denomina salamancas a los antros donde brujas y demonios celebran sus aquelarres. Seguidamente, llegamos a la Casa de la Concordia que tiene más valor anecdótico que histórico. Se la conoció como la Casa de las Batallas y ulteriormente como la Casa de la Concordia. Esta casa fue totalmente rehecha en 1873 y de la época de su fundación sólo conservaba la puerta adovelada y una inscripción sobre el arco.

«Ira odium generat concordia nutrit amoren» « La ira genera odio, mientras la concordia se nutre del amor»

 Se dice que San Juan de Sahagún consiguió apaciguar a los bandos de familias nobles que, durante cuarenta años, lucharon en Salamanca, con muchas muertes por ambas partes. Actualmente es un moderno edificio que alberga un Colegio Universitario de Jesuitinas. Posteriormente, recalamos en la Torre del   Marqués de Villena, del S.XV, a la que se le da ese nombre por estar situada junto a la Cueva de Salamanca, lugar donde, según la leyenda,  se producían los encuentros de éste con el Diablo. Además, está ubicada sobre la Cerca Vieja, como se llama a los restos de la antigua muralla medieval de la ciudad. Aunque en su interior no queda nada, se ha construido una estructura metálica para poder subir hasta lo más alto, Esta torre es lo que queda del antiguo Palacio Mayorazgo de los Albendea. El Huerto de Calixto y Melibea, vergel con una curiosa historia, lo rescató don Jesús para la ciudad, comprándolo cuando era alcalde. Es un jardín de 2.500 metros cuadrados ubicado en el casco antiguo de la ciudad de Salamanca Se denomina así por ser el escenario que eligió Fernando de Rojas para recrear la novela Tragicomedia de Calisto y Melibea.  Se encuentra ubicado en la ladera de la antigua muralla salmantina a los pies del río Tormes. En la actualidad es un parque visitable de carácter romántico por la historia de amor de los personajes enamorados de la obra de. Fue inaugurado el 12 de junio de 1981. A la entrada del Huerto hay una estatua que representa a la alcahueta más famosa de la literatura española. Debajo de su busto se lee una inscripción que dice: «Soy una vieja cual Dios me hizo, no peor que todas. Si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón, palabras sacadas de la famosa obra literaria. Paseamos por todos los rincones del jardín y como hizo en cada lugar visitado, narró una anécdota del primer propietario, al que apodaban “El Gran Visir”, siendo conocido, todavía en la actualidad, por los lugareños, como el Jardín del visir. La historia de las calles de Salamanca viene determinada en ocasiones por algún elemento singular que marca su denominación para la eternidad, un objeto concreto en el lugar adecuado para generar una tradición popular transcrita al papel con el paso de las generaciones. Así ocurre en la plaza de los Leones. Muy cerca del patio Chico de la Catedral, se encuentra un pequeño espacio abierto dominado por un solar tapiado. Una plazuela de reciente denominación, pues la plaza de los Leones no aparece en ningún plano hasta principios del siglo XX, aunque sí como calle en un documento de 1930, siendo en la actualidad su memoria viva. La llamada Plaza de los Leones es porque había en esta calle una vivienda con dos leones custodiando su entrada, de ahí que popularmente se la conociera por tal nombre. Un lugar que albergó también una casa de acogida para jóvenes madres solteras, la denominada Casa de las Cruzadas. Allí permaneció hasta su cierre en 1960 y posterior demolición en lo que hoy es el solar que domina la plaza, donde ya no quedan restos de los fieros animales, pero sí del testimonio de las jóvenes que lucharon para sacar adelante a sus hijos en tiempos de miseria y hambre. Habló de Juan de la Encina… y de otros muchos importantes personajes. Llegó la hora de despedirnos y, al hacerlo personalmente, le manifesté mi enorme admiración por su sabiduría, comunicándole que, en contadas ocasiones, he calificado de “pozo de sabiduría” a las personas cuyos conocimientos han vertido y, consecuentemente admirado, pero que, por primera vez, a él le calificaba de “pozo de sabiduría muy, muy profundo”. La comida de este día fue en el Restaurante “El Zaguán”.  Día 20, por la tarde: Nos acompañó don Juan Antonio Martín Sánchez, compañero de la USAL, hacia la cercana Alba de Tormes, relatándonos sin descanso, tanto a la ida como a la vuelta, todo lo referente a la agricultura, etc. Municipio histórico, su fundación fue llevada a cabo por los reyes de León en la Edad Media, quienes crearon el concejo de Alba, del que pasaron a depender los pueblos de la comarca y cuya capital era Alba de Tormes, excelentemente situada para controlar el paso del Tormes, formando parte el concejo albense del Reino de León. Doña Mercedes Castro Ramos, Informadora, tras subir las empinadas calles, a las cuatro de la tarde, bajo un sol justiciero, nos esperaba bajo la única torre que está en pie, de lo que fue el palacio del tercer Duque de Alba, que ganó su primera batalla a los diecisiete años y no perdió ninguna. Tras la explicación, aguerridos compañeros, subieron, quedando las prudentes abajo, bajo la sombra. El 1571 Santa Teresa de Jesús fundó su octavo convento de Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo u Orden de las Carmelitas, sitio en donde falleció el 4 de octubre de 1582 y en cuyo retablo mayor se exponen a la veneración de los peregrinos su cuerpo incorrupto. Murió Santa Teresa cuando fue requerida para atender en el parto a la Duquesa, era amiga del Duque, aunque nunca coincidieron, por hallarse él guerreando; le gustó el sitio y como ya era mayor, le pidió permiso para ser enterrada allí; se lo concedió. Demostración de uno de los pocos alfareros existentes, Iglesia de San Juan de la Cruz, Iglesia de la Anunciación, sepulcro de Santa Teresa, profusión de cuadros, estatuas, etc. de todo lo que han ido donando, Museo de Santa Teresa, en definitiva, tarde relativamente relajada, volviendo a Salamanca para tener unas horas de asueto y cenar cada uno “a nuestro aire”. Día 21: Nuevamente, doña Amparo Rodríguez Martín, fue la persona que nos llevó desde la Plaza Mayor, paseando, hasta las dos Catedrales, en primer lugar “La Vieja” y, después de ella “La Nueva” y, otra vez, desplegó todos los conocimientos que atesora. Antes de entrar en ellas, nos detuvimos en el Colegio Anaya, el primer Colegio Mayor, que es uno de los pocos edificios que hay en Salamanca en estilo neoclásico. Las obras comenzaron en 1760, para sustituir al anterior edificio del Colegio Mayor de San Bartolomé, muy dañado en el terremoto de Lisboa de 1755. Sus elementos más llamativos son la fachada y la escalera imperial del interior del palacio, donde además hay un interesante busto de Miguel de Unamuno, hecho por Victorio Macho en 1930. La fachada principal tiene un gran pórtico con cuatro columnas rematadas con frontón y una escalinata; sobresaliendo en lo más alto del edificio un gran escudo heráldico; las diez ventanas de la planta inferior lucen bellas rejas y hay otros diez balcones en la planta superior. Junto al colegio se encuentra la Hospedería, que alojaba a estudiantes que se pagaban los estudios sirviendo a otros estudiantes nobles y ricos que ocupaban el Colegio. Hoy en día se utiliza para aulas y despachos, y sus antiguas caballerizas albergan la cafetería de la Facultad. También se encuentra aneja la iglesia barroca de San Sebastián, antigua capilla del colegio y actualmente Parroquia de la Catedral. Antes de introducirnos en las Catedrales, nos detuvimos ante la fachada de “La Nueva” en la que está otro de los motivos turísticos a saber: un astronauta que, el cantero, al restaurar una parte, tuvo el capricho de ponerlo, imaginando que lo hizo como símbolo de nuestro tiempo. Fuimos “recibidos” por una música y unos cánticos que invitaban al reposo, la cual inspiraba a Fray Luis de León, pero, lamentablemente, no tuvimos tiempo para el deleite de los sentidos, aunque disfrutamos del bellísimo retablo presidido por la Virgen de la Vega, patrona de Salamanca, de un gran valor. La talla de esta virgen, de estilo románico, era la titular del monasterio salmantino de Santa María de la Vega, situado en la vega del río Tormes, perteneciente a los canónigos regulares dependientes de los de San Isidoro de León. Ante la ruina de esta iglesia, fue trasladada a otra y más tarde al convento de San Esteban, donde permaneció de 1842 a 1904 que es cuando se instaló definitivamente en el altar mayor de la Catedral Vieja Estuvo a punto de ser destruida ya que al proyectar la Catedral Nueva se pensó en derribarla, pero la tardía fecha de conclusión  así como la necesidad de un espacio donde celebrar el culto mientras se terminaba la construcción, hizo que la decisión inicial de derruirla fuera abandonada. En planta, la nave izquierda aparece más estrecha y le falta parte del brazo del crucero, a consecuencia de la construcción de la Catedral Nueva. Se trata de un edificio de planta basilical, en cruz latina y tres naves. Dado el carácter fronterizo de Salamanca, fue proyectada también como fortaleza, cualidad ahora no tan visible, puesto que han desaparecido las almenas de la Torre Mocha y la cubierta de la nave, antes en terraza transitable. Por esta razón se la conoció popularmente como fortis salmantina. Claustro, tumbas en el suelo numeradas, la enorme piedra que cayó de la bóveda, sobre uno de los trabajadores al que, se salvó, no le sucedió nada y está colgada para ser contemplada. En el Claustro nacieron los estudios universales, impartiendo cátedras desde el s. XIII al s. XV. En la capilla de Santa Bárbara, los estudiantes, antes de los exámenes, debían permanecer durante veinticuatro horas. La Catedral de la Asunción de la Virgen, llamada popularmente Catedral Nueva, es la otra catedral de la ciudad.  Es la sede de la diócesis de Salamanca. Fue construida entre los siglos XVI y XVIII mezclando los estilos gótico tardío, renacentista y barroco. Es la segunda mayor catedral de España en dimensiones y su campanario, con 93 metros de altura, también es de los más altos de España. La catedral sufrió los devastadores efectos del terremoto de Lisboa, que se produjo el 1 de noviembre de 1755, quedando todavía signos visibles en las grietas y vidrieras rotas. Después del terremoto hubo que rehacer la cúpula y reforzar el campanario que sufrió graves desperfectos, llegando a inclinarse e incluso amenazar ruina. Hacia 1812 el ejército de ocupación francés derribó la manzana de casas situada al norte de la catedral, creando la actual plaza de Anaya y poniendo de relieve la fachada norte.  En 1887 el templo fue declarado Monumento Nacional y en 1999 Entorno de Protección. La Capilla Dorada o de Todos los Santos cuenta con varias arquerías que albergan diferentes sepulcros, entre ellos los del fundador de la capilla. Existen esculturas de personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, incluyendo Apóstoles, Santos, sibilas, profetas, etc. La imagen de la muerte aparece de forma tétrica metida en un nicho y con un sapo entre sus piernas, en representación del pecado de lujuria, con la leyenda “Memento mori” “recuerda que vas a morir”. Salimos para contemplar la cúpula, antes de dirigirnos a Casa de Lis, de la que don Jesús Málaga nos había hablado e informado de las actuaciones realizadas por él mismo para ser entregada a la ciudad, cuando era Alcalde. Actualmente es la Fundación Manuel Ramos Andrade que debe su nombre al donante y mecenas salmantino que generosamente cedió la mayor parte de los fondos que hoy componen la colección del Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis. De origen humilde, Andrade emigró al Norte de España con su madre y hermanas cuando todavía apenas había empezado a ir a la escuela. Posteriormente, en Chanffailles, cerca de Lyon (Francia), aprendió francés y se tituló en formación profesional, lo que le permitió comenzar a trabajar como camarero de restaurante en la Compañía Wagon-Lits. De este modo, inició numerosos viajes y se desarrolló su gusto por descubrir nuevos países, diferentes idiomas y otros ambientes. Más tarde, animado por unos amigos, viajó a Australia y probó suerte en el mundo del espectáculo. Fue allí, en Sydney, donde Ramos Andrade descubrió su pasión por las antigüedades: tras alquilar un pequeño local, comenzó a recoger muebles y objetos que nadie quería y, sin embargo, para él tenían algo especial. En poco tiempo, consiguió abrir más tiendas y se ganó el respeto de los profesionales del sector. Su vida dio un nuevo giro y las noticias de la enfermedad de su madre motivaron su regreso a Europa y su instalación en Barcelona, donde comenzó a comprar muñecas de porcelana. Éste fue el germen de las colecciones que se exponen hoy en el Museo de Art Nouveau y Art Déco, reunión que costó años a Andrade. Gracias a su profesión de anticuario, tuvo la posibilidad de examinar miles de piezas y separar aquellas que merecían ser exhibidas como auténticas obras de arte. Tras haber pasado casi toda su vida fuera de su tierra natal, Ramos Andrade quiso regresar a sus orígenes y dejar en Salamanca sus colecciones donándolas a la Fundación que hoy lleva su nombre, que gestiona el Museo Art Nouveau y Art Déco y que, según su voluntad, desarrolla otras funciones sociales como la concesión de ayudas sociales a los ancianos y becas de estudio a los niños de su pueblo natal, Navasfrías. Consecuencia de todo lo anterior, es la valiosísima y deliciosa colección de 200 muñecas de porcelana, vestidas por modistas, cuadros, objetos de cristal, joyas, etc. Tuvimos algo de tiempo para ir paseando hacia el hotel, donde comimos para salir hacia Zaragoza, llegando con rigurosa puntualidad, parando en dos ocasiones. Este relato, somero, aunque parezca lo contrario, es el resultado de tres intensas jornadas que, aseguro, fueron totalmente satisfactorias y que recomiendo completar consultando todo lo relatado. GRACIAS, GRACIAS Y MUCHÍSIMAS GRACIAS, otra vez, a las organizadoras, a los componentes de la Universidad de la Experiencia de Salamanca, a las guías, Informadora y, especialmente, a don Jesús Málaga que, desinteresadamente, nos “embebió” con gran parte de su extensísimo saber. Aurora Alamán Guallart Cronista Oficial de AMUEZ Todos fueron obsequiados con una representación en cerámica, de nuestro no menos histórico, artístico  e importante Paraninfo. Ver FOTOS]]>

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