CONFERENCIA “LA ESPAÑA ACTUAL: DE LA CONFIANZA A LA INCERTIDUMBRE”
CONFERENCIA “LA ESPAÑA ACTUAL: DE LA CONFIANZA A LA INCERTIDUMBRE”
MIÉRCOLES, 14 DE ENERO DE 2015
¿Puede un historiador reflexionar sobre la España actual? Fue la pregunta que se hizo el Dr. Carmelo Romero Salvador profesor del dpto. de Hª Moderna y contemporánea de la Universidad de Zaragoza, al comenzar su extraordinaria conferencia sobre la España actual, y que transmitió al auditorio que abarrotaba el aula 1 de la Facultad de Medicina. Sí, puede y debe, fue la contestación, pues siempre, sin perder la perspectiva histórica, es más fácil comprender el presente, en parte favorecido por la frescura de los acontecimientos.
Después de aclarar que el contenido de la disertación correspondía a su propia percepción sobre los acontecimientos que se iban a narrar, D. Carmelo Romero, comenzó su alocución trasladándonos a la situación socioeconómica de la España de los años posteriores a la transición, haciendo hincapié en la atmosfera de confianza, orgullo y autoestima colectiva que se respiraba en la sociedad española, fruto de la superación de una dictadura y feliz tránsito a la democracia, junto con la consecución de un estado de bienestar considerable, con unas clases medias potentes, unos salarios más que aceptables y sobre todo, la consecución de unas instituciones sólidas: monarquía, sistema político, sindicatos, ejército, etc. Además, y muy importante, el reconocimiento internacional con la entrada de nuestro país en la instituciones internacionales.
El terrorismo, poco a poco, fue superándose hasta considerarlo obra del pasado y hasta la corrupción era un concepto desconocido que, salvo desgraciadas excepciones, no empañaba el discurrir de la sociedad. Se podía decir que, las volutas inmundas de la corrupción, se escondían bajo la alfombra del estado del bienestar sin apenas repercusiones sociales.
Explorada, por nuestro insigne conferenciante, esta feliz y consensuada etapa de nuestra historia reciente, introdujo al auditorio en los prolegómenos y posterior desarrollo de lo que sería un cambio radical en las estructuras socioeconómicas del país.
El cambio sobrevino de una manera brusca con la crisis. En poco tiempo, se vinieron abajo la mayor parte de las expectativas sociales. Aunque las crisis necesitan tiempo para gestarse, cuando afloran arrasan con la esperanza de toda una sociedad y, lo que antes fue confianza y seguridad, se convierte en miedo y caída de las expectativas individuales. La pérdida de puestos de trabajo con el consiguiente aumento desaforado del paro, la merma en los ingresos de las familias; la reducción de las clases medias como soporte de seguridad del estado del bienestar y la marginalidad de las clases más bajas de la sociedad, dieron al traste con las esperanzas de gran parte del colectivo social y abonaron el camino para la ira y la rabia. Lo que antaño fue desmovilización o movilización festiva se convirtió en movilizaciones reivindicativas y toma de conciencia social. De las soluciones particulares hubo que pasar a intentar cubrir las expectativas colectivas.
Por otro lado, la salida a la luz de fraudes, salarios desmesurados de algunos ejecutivos, cuyas empresas fueron rescatadas con el dinero de todos y, en definitiva, una corrupción de la que pocas instituciones del estado se han librado de ser cuestionadas, ha logrado que el ciudadano mire de manera distinta a unos organismos que han perdido su autoridad moral, con la consiguiente crisis profunda del sistema. La posterior regeneración con las correspondientes actuaciones judiciales, la tímida desaparición de viejas guardias políticas y la asunción de agrupaciones que inciden con fuerza en el panorama político español, es lo que conforma nuestro actual cuadro sociopolítico.
Conferencia interesantísima y profunda, pero entendible, sobre nuestra historia cercana y el devenir inminente de nuestra sociedad, dirigida por un conferenciante de lujo, que captó desde el primer momento la atención del auditorio y la supo mantener con creciente interés a lo largo de la alocución.
Eloy López Gurría